JOAQUÍN TIC

La tecnología trae de la mano la facilitación de miles de tareas del día a día que antes eran mucho más complicadas de hacer. Esto es muy evidente en el ámbito académico, donde, a golpe de clic, tenemos inmediatamente disponible una ingente cantidad de información que podemos usar a nuestro antojo. Esto abre un debate que a día de hoy está muy en boga: ¿es necesario aprender lo que las máquinas pueden hacer por nosotros? En este artículo de la sección Retina , del periódico El País, se nos muestra la opinión del periodista Javier Reverte, que cree que «sus hijos no deben aprender nada que las máquinas puedan hacer». Quizá esta pueda parecer una afirmación demasiado extrema, pero realmente tiene su punto de verdad: ¿realmente necesitamos saber calcular logaritmos o conocer la Ley de OHM cuando tenemos acceso rápido y gratuito a aplicaciones que nos solucionan estas cuestiones en segundos?  Los defensores de las humanidades argumentan que es totalmente innecesario hoy día sa

Cada día podemos ver más publicidad de objetos  cotidianos que se conectan a Internet y, a su vez, con nuestros dispositivos electrónicos. Pero, ¿sabías que esto realmente tiene un nombre? Es el Internet de las cosas , y está aquí para quedarse. Realmente tenemos el futuro frente a nosotros y no lo vemos.  Gracias al Internet de las cosas podemos controlar nuestra vida mediante la monitorización de los objetivos cotidianos a los que se conecta. Un ejemplo ya bastante conocido de esta conexión es con elementos tradicionales de los hogares, como las bombillas . Existen muchos ejemplos de luces que, gracias a aplicaciones instaladas en nuestros smartphones, podemos controlar desde cualquier parte del mundo tanto si están encendidas, apagadas, el tono de luz, el color, etc. Y este no es el único elemento del hogar que podemos manejar a distancia, también es aplicable a persianas, cortinas, la calefacción, entre otros muchos. He aquí un anuncio reciente de este tipo de objetos donde se

Muchas veces no somos conscientes de la ciudad tan rica culturalmente en la que vivimos, con cientos de posibilidades para ahondar y aprender más sobre nuestra historia. El pasado 31 de octubre, víspera de la festividad del Día de Todos los Santos, pusimos rumbo al centro de Sevilla para visitar el Archivo General de Indias . El lugar en el que la archivera nos recibió es realmente un anexo de este edificio, construido  a posteriori . La fachada que podéis ver en la foto de la izquierda es la perteneciente a este anexo, edifico conocido con el nombre de Cilla del Cabildo , situado en el número 5 de la calle Santo Tomás. El primer uso de este edificio, edificado a finales del siglo XVIII, fue almacenar granos para los diezmos al servicio de la Iglesia (época en la que sirvió también de cárcel); y en los años 70 del siglo XX acogió al Museo de Arte Contemporáneo. Al comienzo de los 2000, finalmente se remodela para servir de anexo al Archivo de Indias, con el cual se conecta subterrá